En la imaginería colectiva del cine, el desierto nos habla de soledad. Una carretera larga y vaporosa que parece ir a ninguna parte, donde se vislumbran realidades ficticias y bagajes incesantes. En “París Texas”, el desierto le roba a Travis las palabras; En “My own private Idaho”, Mike se pierde entre el polvo y la narcolepsia. Pero en el mundo de “Bagdad Café”, la turista alemana Jazmin (Marianne Sagebrecht) camina firme y decidida por el borde de la carretera hirviendo, vestida con un grueso traje verde y un sombrero tirolés. Escritos de mi autoría. Entrevistas/Columnas/Críticas. Publicadas en medios como Revista Fibra, Paula.cl, Revista Prende, Xplora y otros.
viernes, 15 de noviembre de 2013
Bagdad Café, de Percy Adlon: Hay vida en el desierto
En la imaginería colectiva del cine, el desierto nos habla de soledad. Una carretera larga y vaporosa que parece ir a ninguna parte, donde se vislumbran realidades ficticias y bagajes incesantes. En “París Texas”, el desierto le roba a Travis las palabras; En “My own private Idaho”, Mike se pierde entre el polvo y la narcolepsia. Pero en el mundo de “Bagdad Café”, la turista alemana Jazmin (Marianne Sagebrecht) camina firme y decidida por el borde de la carretera hirviendo, vestida con un grueso traje verde y un sombrero tirolés.
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