A los 63 años encontró en Mega un lugar definitivo, tras una larga carrera televisiva de la que se recuerdan sus despachos como corresponsal de guerra, sus reporteos entre bombas lacrimógenas en los tiempos de la Unidad Popular y su estigma como cara visible de la dictadura. Hoy conserva su voz característica y su inclinación hacia el periodismo social.
Aquí habla de sus maestros, de sus sueños frustrados, de su estilo tembloroso, de su relación con Pinochet. Además, apuesta por Michelle Bachelet como próxima Presidenta del país.